miércoles, 6 de mayo de 2009

Carta a su padre de un joven adicto

Porqué muchísimas vidas preciosas se pierden.
Porqué nos toca a todos sin distinción, con un familiar, amigo o vecino...
Seres humanos terminados por este flagelo. Y se me encoge el alma y me brota la rabia... la impotencia!
Es un monstruo que se presenta, crece día a día con su oferta y tentación de bonanza que deja a su paso, la muerte.
Toda esta locura debería parar. Toda esta destrucción, tener un freno!
Entre dolor y rabia, me uno a ese último pedido, del alma y mente torturada en un lecho de hospital de este joven de que otros conozcan su historia y atiempo digan ¡No a la droga!
Esta es una carta de adiós de un joven de 19 años. El caso es verídico, sucedió en un hospital de Sao Paulo / Brasil.
" Creo que en este mundo nadie procuró describir su propio cementerio. No sé cómo mi padre va a recibir este relato, pero necesito de todas las fuerzas mientras haya tiempo. Siento mucho, padre mío, creo que este diálogo es el último que tengo con usted. Realmente lo siento mucho mucho... Sabe usted, padre,es el momento que sepa la verdad, de la cual nunca desconfió. Voy a ser breve y claro, bastante objetivo.
El tóxico me mató. Trabé conocimiento con mi asesino a los 15 años de edad. Es horrible ¿ no es cierto, padre? ¿ Sabe cómo conocí esa desgracia ? Por medio de un ciudadano elegantemente vestido, realmente elegante y muy conversador, que me presentó a mi futuro asesino: la droga.Yo traté de rechazarla, realmente traté, pero el ciudadano tocó mi amor propio, diciendo que yo no era hombre. No es necesario decir nada más ¿ verdad,padre? Ingresé en el mundo del vicio.
En el comienzo fue el devaneo; después las torturas, la oscuridad. No hacía nada sin que el tóxico estuviese presente. En seguida, vino la falta de aire,el miedo, las alucinaciones. Poco después, la euforia de la cúspide nuevamente, yo me sentía más importante que las otras personas y el tóxico, mi amigo inseparable, sonreía, sonreía.Sabe padre, cuando uno comienza, cree que todo es ridículo y muy gracioso. Yo hallaba cómico hasta a Dios. Hoy, en el lecho de un hospital, reconozco queDios es más importante que todo en el mundo. Y que sin su ayuda, yo no estaría escribiendo esta carta. Padre, yo sólo tengo 19 años y sé que no tengo lamenor posibilidad de vivir. Es muy tarde para mí. Pero, padre, tengo un último pedido que hacerle; muestre esta carta a todos los jóvenes que conozca.Dígales que en cada puerta de escuela, en cada curso de ingreso de facultad, en cualquier lugar, hay siempre un hombre elegantemente vestido y muy conversador,que les mostrará el futuro asesino y destructor de sus vidas y que los llevará a la locura y a la muerte, como sucedió conmigo.Por favor, haga eso, padremío, antes que sea demasiado tarde para ellos.
Perdóneme padre... ya sufrí demasiado, perdóneme también por hacerlo padecer por mis locuras.
Adiós padre mío"
Un tiempo después de escribir esta carta, el joven murió.

Hola amigos, pido disculpas por si alguien se siente ofendido, pero limpiando mi cuarto encontré un trabajo práctico que hice en la secundaria sobre la droga y me pareció sumamente importante publicar esta carta. por esas personas, que están por entrar en este vicio, o por las que ya entraron, que sepan cuál es el final que les espera.
Discúlpenme nueva mentte, grácias. Hasta pronto.

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